Por: Lcda. Valerie Villamán Martínez
¿Alguna vez has soñado con cosechar tus propios vegetales en casa? ¡Pues en Puerto Rico, con nuestro sol eterno y lluvias benditas, un huerto casero podría ser más fácil que hacer un arroz con gandules! Imagínate: tú, en chanclas, recogiendo tomates jugosos, calabazas tiernas o hasta papayas de tu balcón, patio o techo. No necesitas ser un agricultor experto, pero sí tener el deseo de comer fresco, ahorrar dinero y alimentar tu cuerpo y alma.
Primero, elige un buen lugar con al menos 6-8 horas de sol al día – nuestro clima tropical es perfecto para eso. Si vives en un apartamento, usa tiestos o contenedores reciclados; ¡hasta botellas de plástico cortadas sirven! Puedes colocar estos recipientes en tu balcón o pegados a ventanas de cristal. Llena con tierra fértil, una mezcla de composta con suelo local para que sea barato y efectivo.
Ahora, ¿qué sembrar? Empieza con lo fácil: cilantrillo, pepinillo, habichuelas tiernas, y hasta pimientos. Pero no te quedes ahí, con el tiempo apunta a cultivos más sustanciosos como: maíz, berenjenas, plátanos, guineos, gandules o incluso árboles frutales, como limón o guayaba. Puedes conseguir las semillas en ferreterías, mercados agrícolas y supermercados. Mejor aún, busca tus semillas directamente con agricultores locales como Desde mi Huerto o en la Sub-Estación Experimental Agrícola de tu región, que tienen semillas adaptadas a nuestro clima. Riega con moderación – no ahogues las plantas, y no olvides abonarlas, ellas necesitan nutrientes para poder crecer.
La agricultura es la fuente de alimentos para el ser humano. La Isla depende mucho de importaciones, y con la experiencia de huracanes como María (2017), aprendimos que los supermercados se vacían rápido. Un huerto casero te da independencia, produces tu comida, reduces gastos en vegetales “caros” y comes más saludable. ¡Adiós a las lechugas marchitas del supermercado! Según el Servicio de Extensión Agrícola (SEA) de la Universidad de Puerto Rico, los huertos caseros son «una alternativa para la seguridad alimentaria familiar». Ellos tienen guías curriculares y cursos gratis o de bajo costo, como el de Huerto Casero o Cultivo en Auto Riego, disponibles en sus oficinas locales o en línea.
Con el tiempo, cultivar tus propios alimentos – desde hierbas hasta tubérculos como yuca o batata – se convierte en una fuente de energía vital. Cuidar tus plantas, verlas crecer y cosecharlas te conecta con la tierra, te reduce el estrés, embellecen tu casa y te llena de orgullo. Es un acto de resistencia y amor propio en un mundo acelerado. Ese tomate que cultivas no solo sabe mejor; lleva tu esfuerzo y te recarga de satisfacción. A medida que expandes tu huerto con cultivos más grandes, no solo garantizas comida fresca, sino que creas un sistema sostenible que te da fuerza física y mental para enfrentar cualquier reto. ¿Listo para empezar? Agarra un tiesto hoy y únete a la revolución verde. ¡Tu cuerpo, tu bolsillo y Puerto Rico te lo agradecerán!